martes, 22 de noviembre de 2011

¡me toca ser joven!

Año 2010, nos encontramos desde mi punto de vista en la generación más materialista que ha existido en el mundo. Vivimos en un mundo donde pienso que el primer objetivo de las personas es el dinero. Las comodidades son infinitas y cada vez nos estamos haciendo más dependiente de ellas. En la juventud actual, me he dado cuenta de una cosa, que la juventud se ha asentado. Hace unos años, la juventud se planteaba comerse el mundo. Existían como ahora numerosos problemas pero que se conseguían solucionar, porque el ansia por crecer y llegar a lo más alto era enorme. Creo que la juventud actual es mucho más débil que otras. Cada vez que tenemos un problema nos venimos abajo. Somos muy vulnerables y nos hemos acostumbrado a conformarnos.

Estamos habituados a que nos den una serie de cosas, con las cuales entendemos que somos felices. Se ha intentado por todos los medios adormilar a la juventud, darle una forma de divertirse en concreto, darle toda la libertad que quiera, para conseguir dominarla. Casi todas las revoluciones sociales que ha habido en el mundo, han sido por parte de la generación joven de ese momento. Esta última década se consiguió adormilar a gran parte de la juventud, a darle todo hecho, a que cuando surgiera un problema se le diera todas las facilidades para que se solucionara, a que pensara lo mínimo, para que se dejara llevar por lo que decían los de arriba.

Llega la crisis económica, empieza a desaparecer los caprichos, muchas comodidades de las que antes éramos dependientes ya dejan de estar ahí. Nos tenemos que sacrificar más y recortar en muchos gastos. Es cuando en un momento de mayores recortes surge el movimiento 15-m. también llamado democracia real. La juventud que estaba adormilada y asentada despierta y se revela contra el sistema en el que vivimos. La democracia, la política, las clases sociales, todo es necesario cambiarlo. Mi punto de vista del 15m no es que de repente, sin ninguna explicación, unos cuantos miles de jóvenes, se hayan dado cuenta de que esto no puede seguir así y quieran cambiar el mundo. Lo que pienso es que se ha acabado “la droga” con la que estaba adormilada esa parte de la juventud, y han decidido salir a la calle a manifestarse como si fuera obligación del Estado tener que asegurar una serie de cosas que es imposible.


Pienso que gran parte de la juventud tiene un gran miedo a parar a pensarse en preguntas tan importantes y fundamentales, como quien soy, a donde vamos, qué sentido tienen las cosas, y que esa droga que se nos intenta vender es simplemente no pienses, déjate llevar, disfruta al máximo de la cosas.

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