martes, 22 de noviembre de 2011

Hacer el amor

Vivimos en un mundo donde la sexualidad y la sensualidad están de moda. Donde
el amor se confunde con la sexualidad y toda acción se justifica diciendo que se ha hecho por amor. ¿Cómo conseguir que las personas salgan de esa confusión en la que vivimos? Es difícil, pues estamos inmersos en una crisis de valores, donde las personas no reflexionan sobre su vida, sobre el porqué de las cosas o cuál es su deber en la vida. Sus acciones se basan en el placer, en la sensualidad, no existe el sufrimiento en sus vidas, solo buscan que sus satisfacciones sean saciadas, huyen de todo lo que pueda significar dolor.

¿Esta vida nos hace ser feliz? A mi parecer no, la felicidad solo se consigue si hay amor, y el amor implica sufrimiento, implica renuncia, la felicidad no es sexo. La RAE describe el amor como sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.

Analizando la definición que da la RAE, me quedo con tres palabras que en mi opinión son las bases de la diferencia entre el amor y el sexo. La primera es convivir; ¿existe convivencia entre dos personas que se conocen de dos horas y acaban dejándose llevar por el placer? No, la convivencia requiere pasar horas, conocer a la otra persona, conocer sus virtudes y sus defectos y para ello se necesita tiempo. La convivencia tiene buenos y malos momentos, pero todos los obstáculos se superan por amor, el amor mueve y anima a luchar por lo que uno
quiere.

La comunicación es necesaria y fundamental en el amor, es necesario que haya una
comunicación, una reciprocidad entre ambas partes. La comunicación se basa en la confianza, la confianza es difícil de mantener. Hoy en día las personas traicionan la confianza por propio interés, por satisfacer sus propias necesidades. El sexo en si solo implica comunicación física, no existe otra comunicación. Muchas veces pienso que esas personas que tienen relaciones por placer, les daría igual estar con un animal que con una persona, porque en esas relaciones la persona está considerada como un objeto, pierde su respeto como persona. En esas
acciones no existe amor.

Por último y para mí la más importantes es crear; una de las finalidades de la unión de dos personas es la creación de otro ser, es decir, implica generosidad y maduración para traer otra vida al mundo. En la actualidad aumentan los medios que van en contra de la finalidad de esta acción como son los anticonceptivos, la píldora del día después, los condones o el aborto, si nos paramos a pensar vemos que intentar anular esta finalidad es por puro egoísmo.

Como he hablado anteriormente las personas buscan solo su propio beneficio, por tanto no hay sitio para el amor, porque el amor es darse al otro, renunciar a tu propio beneficio por el otro, en el amor no hay sitio para el egoísmo.

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